miércoles, 25 de marzo de 2015

La kriegsmarine


La Kriegsmarine  creció rápidamente durante el rearme alemán en los años 30. En enero de 1939 se ordenó el Plan Z que preveía la construcción de numerosos barcos. Los navíos de la Kriegsmarine participaron activamente en la Guerra Civil Española y, sobre todo, en la Segunda Guerra Mundial. Su comandante en jefe fue Adolf Hitler, que ejerció su autoridad a través del Oberkommando der Marine, el Alto Mando de la Marina.
Las unidades más numerosas, famosas y efectivas de la Kriegsmarine fueron los submarinos U-boot, que se construyeron en masa para sustituir a muchas de las unidades canceladas del Plan Z y que atacaron en grupo los convoyes mercantes Aliados durante la Batalla del Atlántico. Junto a estos sumergibles se emplearon como corsarios buques pesados de superficie en la primera mitad del conflicto para interrumpir las rutas de suministros del enemigo. Sin embargo, la creación de fuertes escoltas de convoyes redujo su efectividad, y muchos de los barcos fueron envidados a dar soporte artillero en el Mar Báltico a las tropas alemanas que combatían contra los soviéticos. Al finalizar la contienda las unidades de la Kriegsmarine fueron repartidas entre los Aliados.
Después de la Segunda Guerra Mundial la armada de la República Federal Alemana (RFA) se denominó Bundesmarine («Marina federal») y la armada de la República Democrática Alemana (RDA) se denominó Volksmarine («Armada Popular»). Hoy en día, la armada alemana se llama Deutsche Marine («Marina alemana»).

Antecedentes.
Mediante el convenio naval germano británico del 18 de junio de 1935, los dos países se habían puesto de acuerdo para que la flota alemana no sobrepasara el 35 % del tonelaje de la flota británica. Esta proporción era aplicable en todas las categorías de buques; sólo los submarinos podían alcanzar el 45%, y aún a partir de 1938, el 100%. Con la firma de este tratado se pensó en una paz duradera. Con la firma de este convenio, Alemania reconocía en parte la supremacía naval del Reino Unido. Se alejaba, en teoría, una carrera de armamentos naval, como la que había tenido lugar antes de la Primera Guerra Mundial.
En fecha tan lejana como es el 15 de julio de 1935, el almirante Erich Raeder, comandante en jefe de la Kriegsmarine, dirigió a sus oficiales una circular, en donde se lee:
El acuerdo ha nacido del deseo de evitar para siempre hasta la posibilidad de un conflicto entre Alemania e Inglaterra.
Comentario del almirante Erich Raeder al tratado naval con Reino Unido, 15 de julio de 1935
Cuatro años después, todo había cambiado. Los éxitos logrados en Austria y Checoslovaquia habían cegado a Hitler hasta el punto de creer que el Reino Unido asistiría «inactivo y silencioso» a sus planes expansionistas. Reunido con sus generales y almirantes, al exponer sus planes expansionistas sobre Polonia el 22 de agosto de 1939 declaraba:
La situación de Inglaterra es actualmente muy precaria. Me parece excluida la posibilidad de que un hombre de estado británico cargue sobre sí la responsabilidad, frente a tal situación, de comprometer a su país en una guerra.
Declaraciones de Adolf Hitler sobre sus planes expansionistas en Europa, 22 de agosto de 1939
El comodoro Karl Dönitz, había sido comandante de un sumergible durante la Primera Guerra Mundial. Después de la firma del tratado con el Reino Unido, Alemania recibió tres pequeños submarinos del tipo II al que los marineros alemanes denominaron «piraguas».
En agosto de 1939, la Kriegsmarine contaba con veintidós buques que operaban en el Atlántico. La experiencia había enseñado a la Armada alemana, que era preciso disponer de un tercio de los buques en puerto y otro tercio navegando, ya sea hacia el teatro de operaciones navales o regresando de él. Así, en las condiciones más óptimas de la época, fueron siete los submarinos que se podían disponer en el frente. Ante el anuncio de Hitler, era imposible hacer seriamente la guerra con semejante dotación.
En lo referente a los acorazados, cruceros y portaaviones, la situación era sumamente crítica, ya que su programa de construcciones navales, previsto para diez años, llamado (PLAN-Z), se encuentra en sus comienzos. Dicho plan estaba diseñado para que, al cabo de esos diez años, Alemania tuviera una flota muy equilibrada de modernos navíos, capaz de representar dignamente los intereses marítimos alemanes y revalorizar la alianza. A causa de las limitaciones impuestas por el tratado de 1935, era evidente que esta flota no estaba diseñada para hacer la guerra al Reino Unido.

Plan Z.
El Plan Z fue el programa de construcciones navales de la Kriegsmarine anterior a la Segunda Guerra Mundial. A mediados de la década de 1930, en los altos mandos alemanes se discutió sobre la clase de programa a escoger. Hubo dos opiniones en aquel entonces.
La primera alternativa se enfocaba en la construcción de una gran flota submarina y una pequeña flota de buques de superficie para la protección de la costa. Este plan, que basaba la potencia de la Kriegsmarine en los U-Boot, era el preferido por los altos mandos. La segunda alternativa preveía una flota combinada de buques de superficie y una flota más pequeña de submarinos, a semejanza de la ex Kaiserliche Marine y parecida a la de la Royal Navy. Al plan de construcciones navales que se escogió, con modificaciones, se le denominó Plan Z.
De acuerdo con el marino y escritor Luis de la Sierra en su obra La guerra naval en el Atlántico (pp. 20–21) algunos de los navíos a construir serían:
  • Seis acorazados de 54.000 t de desplazamiento, armados con ocho cañones de 406 mm y 12 de 150 mm; movidos por 12 motores diésel que proporcionarían una velocidad máxima de 30 nudos y una autonomía de 32.000 millas.
  • Tres cruceros de batalla de 30.000 t y armados con ocho piezas de 380 mm con propulsión mixta diésel-turbina de vapor que daría 34 nudos de velocidad y 28.000 millas de alcance.
  • Cuatro portaaviones de 20.000 toneladas (incluidos los dos puestos en grada en 1936) con 55 aeronaves, 16 piezas antiaéreas de 150 mm y una velocidad máxima de 34,5 nudos.
  • Dieciséis cruceros de 8.000 toneladas armados con ocho cañones de 150 mm y dotados con una maquinaria que proporcionaría una velocidad de 35,5 nudos y una autonomía de 16.000 millas.
  • Veintidós cruceros exploradores de 5.000 toneladas dotados de seis piezas de 150 mm, capaces de andar a 36 nudos y con un alcance de 16.000 millas.
  • Sesenta y ocho destructores.
  • Noventa torpederos.
  • Doscientos cuarenta y nueve submarinos.
  • Trescientos buques de otros tipos: Minadores, dragaminas, lanchas rápidas, caza submarinos, etc.

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